Discurso elogioso en la inauguración de la exposición
Andrea Langensiepen dice de sí misma que uno de los rasgos que más la caracterizan es una curiosidad insaciable. Al mismo tiempo, concreta su interés por la vida en todas sus facetas a través de un examen de lo no representativo, de lo ambiguo.
Dice: "Para mí, el arte es el secreto de dejarme llevar, de liberarme de los marcos habituales de interpretación". Esta frase explica también por qué la artista se dedica por entero al arte informal en su obra, una pintura en color abstracta y gestualmente libre.
En la obra de Langensiepen, el color se convierte en tema y su realización pictórica en tema. Sus coloridas pinturas, guiadas por improvisaciones psicológicas, deben entenderse como imágenes del alma.
Esta intensa preocupación por el material de la pintura, que aplica en capas y cuyos pigmentos altamente dosificados tienen una fuerte luminosidad y presencia háptica una vez finalizado el proceso pictórico, ilustra lo directa e inmediatamente que los colores afectan a nuestra percepción.
En general, no parece rehuir los colores fuertes y los contrastes cromáticos. Todo lo contrario. Por ejemplo, un rosa delicado se encuentra con un verde oscuro y aterciopelado ("La felicidad es un campo de hierba"), un amarillo intenso y soleado se encuentra con un atrevido toque de violeta ("La reina de las violetas"), los tonos claros del blanco brillan sobre un azul agua transparente ("Cita junto al lago"). Su sentido del color es muy diferenciado y se realiza con gran sensibilidad. Son sobre todo los colores los que crean tensión en sus cuadros, que -derivados de los colores de la naturaleza- formulan su propio cosmos, crean tonos, evocan verdaderos paisajes sonoros.
La pintora dirige nuestra mirada a través de superficies oscuras y misteriosas hacia la luz brillante.
Esto se ve claramente en los tres cuadros que hay aquí, en la gran pared. "Tras sombras dorado-verdosas" (I + II) y el cuadro de al lado"o.T.".
Las numerosas capas de color crean una sensación de espacio, y en el cuadro de arriba parece como si el mensaje de la carta estuviera oculto en innumerables páginas superpuestas. En la mitad derecha del cuadro, la composición se abre y permite ver las profundidades.
En conjunto, la superficie brilla ligeramente, reflejando la luz.
La luminosidad del cuadro se realza aún más en pequeñas zonas doradas colocadas con moderación. Andrea Langensiepen no sólo maneja con cuidado su materia cromática, sino que nos la presenta como un bien precioso lleno de sorpresas y con el poder de desplegar una belleza sobrenatural.
Por último, dejemos hablar de nuevo a Immanuel Kant. Para él, la belleza requiere pensamiento, un placer puramente sensual no lo necesita:"El arte bello [por otra parte] es una forma de imaginación que tiene una finalidad en sí misma y, aunque sin finalidad, promueve sin embargo el cultivo de las facultades de la mente para la comunicaciónsocial."
Hablando de socializar: ahora pueden entregarse a sus propios sentimientos, tanto pensando como disfrutando. Gracias por su atención.
Dra. Sabine Heilig | Laudator GALERIE MEINLSCHMIDT | Ulm, enero de 2024